
Agro-Risk es una plataforma de inteligencia aumentada que facilita la gestión conjunta de riesgos en campo entre agricultores y aseguradores
centrada en la gestión prospectiva del riesgo mediante la caracterización de eventos agroclimáticos y el análisis de sanidad vegetal en campo utilizando modelos machine learning a partir de índices de vegetación dinámicos. La gestión de la información permitirá a los productores el acceso a certificaciones verdes mejorando la valorización de sus productos de mercado, mientras que a los aseguradores les permitirá acceder a esquemas de reaseguramiento verdes con condiciones más favorables. En proyectos piloto con UNIPALMA, Finca Atardeceres y UNIBAN, hemos demostrado que Agro-Risk puede reducir significativamente las pérdidas por eventos climáticos adversos, optimizando el uso de recursos y mejorando la sostenibilidad ambiental y financiera de las operaciones agrícolas.
Según el BID, el seguro Agrícola se constituirá en uno de los motores del desarrollo del sector agrícola a nivel mundial. Para lograr este desarrollo con criterios de sostenibilidad en el contexto del aseguramiento (Farmer-Borker-Insurer), es necesario en los próximos años suplir la ausencia de brokers tecnológicos (corredores) que permitan la gestión de riesgos de tipo fitosanitario y agroclimáticos en campo (EFAs)
Plataforma de inteligencia aumentada proporciona información precisa y oportuna para la gestión de riesgos en campo entre diferentes actores mediante el uso avanzado de índices de vegetación. Para los aseguradores, esta información les permitirá reducir el riesgo en las reclamaciones por pérdidas en campo, y acceder a esquemas de reaseguramiento verdes con costos más bajos; mientras que, para los agricultores, esta información les permitirá el acceso a certificaciones verdes y a nuevos mercados, dando mayor relevancia a la intensificación agrícola con criterios de sostenibilidad desde el contexto del aseguramiento.
Actualmente, el país cuenta con un total aproximado de 500,000 ha sembradas de la fruta, con una producción anual que llega a cerca a las 1’800,000 toneladas de aceite crudo de palma. En el contexto de los objetivos de desarrollo sostenible del planeta, se espera que para el año 2030, el país tenga un total de 250,000 ha de cultivos certificadas, así como un total de 900,000 toneladas de aceite crudo de palma certificadas, lo que muestra a las claras la importancia de la gestión de los riesgos en campo frente a este tipo de cultivos extensivos.
